Existe un pequeño y mágico cuadernillo del que fluyen interminablemente poemas y letras de canciones. Letras que evocan el destino del hombre, el amor, la naturaleza, la vida… la nostalgia. El cuadernillo se nutre de un espíritu sensible que quedó en el ambiente, en forma de canción, de poesía… de música, de voz, de guitarra y bombo. La leyenda cuenta también que las infinitas canciones que posee la libreta mágica no se acabarán jamás, y seguirán nutriendo una y otra vez a varias generaciones de músicos. La única condición para que la tinta emerja, azul, en el blanco del papel, es que prevalezca la sensibilidad a la naturaleza y a los más nobles sentimientos entre aquellos que interpreten esas canciones. Es sólo una leyenda. Pero detrás de ella hay algo de verdad. La libreta existe, las canciones existen, no es sólo una, hay varios cuadernillos. Sin embargo las letras que contienen son limitadas, se acabarán en algún momento. Ulises Hermosa se llama la libreta, Ulises Hermosa se llama la leyenda y este año se cumplen 15 años de su muerte. Fue un aciago abril de 1992 que su canto calló para siempre. Además de su mítica libreta, Ulises dejó otros importantes legados: Los Kjarkas, el grupo musical boliviano con mayor éxito nacional e internacional de cuantos hayan pasado por los escenarios; y una familia que mantiene intacto su ejemplo como ser humano, artista, padre y esposo. Y es en memoria de este músico nacido en los parajes de Capinota que sus compañeros de música y sus hermanos agrupados en Los Kjarkas cerrarán su temporada de conciertos de 2007 con un recital en el estadio Félix Capriles el próximo 7 de diciembre. De los más de 190 que Gonzalo Hermosa asegura dieron este año, esperan tener unas 10 mil personas el espectáculo de tres horas empezará a las 20:00. Recuerdos de la familia Es Wara la que nos recibe en la puerta con una amable sonrisa e invita a pasar al living de su casa donde una gran fotografía de su padre, Ulises Hermosa, ocupa la pared central del recinto. Luego aparece Surimana, la hermana mayor, con una imponente voz que delata el legado artístico de su padre. Minutos después confesaría que ahora sólo canta en el karaoke, porque optó por dedicarse a su profesión: la abogacía. Luego apareció Edith, la esposa del fallecido artista y la siguió Ulises Jr, el hijo menor de Hermosa, dos años tenía cuando su padre falleció, sin embargo conserva como un tesoro invalorable una pequeña guitarra que le dejó su progenitor. De alguna manera, Ulises Hermosa también participó del diálogo que entablamos con su familia Edith está segura que el legado artístico de Ulises permanece intacto en el corazón de la población. Lo recuerda como una persona que nunca le gustó la pasividad, que siempre quiso salir adelante como persona, amigo, padre y esposo. En otra entrevista, horas antes, el hermano de Ulises, Gonzalo Hermosa, director del Los Kjarkas, confirmó la versión de Edith. “Ulises representa al boliviano, pero no al de la ciudad, sino al hombre del campo que recoge un cúmulo de conocimientos ancestrales, culturales y tradicionales de su pueblo natal: Capinota. Con todo ese talento llegó a la ciudad de Cochabamba y la conquistó, pero su sed no se quedó allí, sino quiso tener al mundo a sus pies. “De esa manera se convierte en el principal impulsor de Los Kjarkas y lo lleva a Europa, Asia y muchos lugares”, aseguró Gonzalo. La esposa de Ulises recuerda la desesperación que sufría su esposo por sus hijos cuando estaba fuera de casa. “Fue una persona muy querida, donde él iba se le abrían las puertas, había mucha gente que siempre estaba pendiente de él. Ulises Hermosa nació en 1953 del siglo pasado, tanto en su niñez como en la adolescencia, se caracterizó por su gran timidez y por su gran sensibilidad. Tuvo además un gran sentido de percepción de la vida. Surimana recordó que le gustaba cazar vizcachas, “era su mayor distracción”. Reiteró también el lado humano de su padre, las campañas que hacía para recolectar juguetes y alimentos para regalar a los niños pobres. “En esa época con Los Kjarkas organizaban conciertos de beneficencia para navidad y el ingreso era un juguete. Recuerdo que teníamos un montón en mi casa y en la puerta repartíamos a todos los niños del barrio”, según Surimana, quien dijo que le gusta cantar, y que en un momento de su vida deseó hacerlo profesionalmente pero tuvo que elegir y eligió una carrera universitaria. Wara rememoró el día del entierro de su padre. “Ese día había tanta gente que no pudimos pasar para darle la última despedida”. Contó también que a través de Internet toma contacto con gente de Perú, Argentina, Colombia, Estados Unidos y le dicen “no puedo creer que esté chateando con la hija de Ulises Hermosa”. Entre otras cosas, la familia contó también que Ulises era aficionado a la comida y tenía un plato especial para degustarlo. ¿Y la libreta?, Surimana trajo una de ellas. Con tapa roja, hojas blancas sin cuadricular y manuscritas con la letra de Ulises. “Esta es muy linda, creo que mis tíos (Los Kjarkas) ya la van a grabar en su próximo disco”, mencionó Wara Hermosa, leyendo en voz baja y tratando de recordar la melodía adecuada para esa canción. En tanto, Gonzalo Hermosa —aseguró contundente— que tienen letras de Ulises, “como para grabar cuatros discos más”.

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