La Asociación Central Folklórica Puno, que preside don Matías Reyes Mamani y reúne a más de veinte organizaciones quechuas y aimaras en Lima, presentará el XV Concurso Nacional de Diablada y el II Concurso Nacional de Tinkus. Ambos certámenes se desarrollarán el domingo 9 de noviembre, desde las 3 p.m., en el Coliseo Internacional Puno, Av. Las Torres 349, Ate (a espladas de la Clínica San Juan de Dios), y coinciden con las celebraciones por el 340 aniversario de la creación política de la ciudad de Puno.
Las agrupaciones de diablada y tinkus interesadas en participar en los concursos pueden inscribirse en el teléfono 326-5918. Los premios suman cuatro mil soles para los primeros lugares y se contará con la participación de las bandas de músicos Regional 10 de Octubre y Juventud Ondas del Titicaca.
La diablada es una danza originaria de la región del Altiplano. Sobre sus orígenes existen muchas versiones y una de las más difundidas es la que indica sobre un grupo de mineros atrapados en una mina, que al salir los diablos a llevar sus armas, se encomendaron a la Virgen del Socavón y como por milagro apareció el Arcángel San Gabriel, espada en mano vence a los diablos y los mineros al ser rescatados danzan la diablada y le ponen el nombre de Virgen de la Candelaria por el fuego que vieron en la mina. Su vestuario es muy lujoso y lleva bordados de oro, plata y pedrerías. Destacan los Caporales con vestuarios que llegan a pesar hasta 30 kilos. Alcanzan su máximo esplendor en las festividades de la Virgen de la Candelaria y esencialmente su contenido es la lucha entre el bien y el mal.
Se afirma que Tinku significa "encuentro, unión, equilibro, convergencia". Los entendidos también nos dicen que es el nombre de las antiguas peleas rituales de combates guerreros, pero que en realidad se trata de un rito que une en lugar de separar.
El Tinku es una danza muy popular de los pueblos de Perú y Bolivia que, según afirman, originalmente esta danza se baila al compás de instrumentos de cuerda, consistente en pequeños "charangos" fabricados con madera y cuerdas metálicas, en ritmo denominado "quinsatemple" y cánticos ejecutados por las mujeres acompañantes de los danzarines, que con voces agudas, ejecutan huayños tradicionales.
Las agrupaciones de diablada y tinkus interesadas en participar en los concursos pueden inscribirse en el teléfono 326-5918. Los premios suman cuatro mil soles para los primeros lugares y se contará con la participación de las bandas de músicos Regional 10 de Octubre y Juventud Ondas del Titicaca.
La diablada es una danza originaria de la región del Altiplano. Sobre sus orígenes existen muchas versiones y una de las más difundidas es la que indica sobre un grupo de mineros atrapados en una mina, que al salir los diablos a llevar sus armas, se encomendaron a la Virgen del Socavón y como por milagro apareció el Arcángel San Gabriel, espada en mano vence a los diablos y los mineros al ser rescatados danzan la diablada y le ponen el nombre de Virgen de la Candelaria por el fuego que vieron en la mina. Su vestuario es muy lujoso y lleva bordados de oro, plata y pedrerías. Destacan los Caporales con vestuarios que llegan a pesar hasta 30 kilos. Alcanzan su máximo esplendor en las festividades de la Virgen de la Candelaria y esencialmente su contenido es la lucha entre el bien y el mal.
Se afirma que Tinku significa "encuentro, unión, equilibro, convergencia". Los entendidos también nos dicen que es el nombre de las antiguas peleas rituales de combates guerreros, pero que en realidad se trata de un rito que une en lugar de separar.
El Tinku es una danza muy popular de los pueblos de Perú y Bolivia que, según afirman, originalmente esta danza se baila al compás de instrumentos de cuerda, consistente en pequeños "charangos" fabricados con madera y cuerdas metálicas, en ritmo denominado "quinsatemple" y cánticos ejecutados por las mujeres acompañantes de los danzarines, que con voces agudas, ejecutan huayños tradicionales.
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