El verano, las vacaciones, los festivales, pero sobre todo la temporada, parecen momentos especiales para la polémica. Y en todos los rubros: en Mar del Plata y en Carlos Paz, las vedettes se enfrentan en la guerra de los cornalitos y por quién encabeza la taquilla de la revista. Pero en Cosquín, en el escenario mayor y en las peñas, los músicos no parecen quedarse atrás. ¿Qué discuten? Nada menos, que la esencia del folclore. ¿No discutían también los tangueros a Astor Piazzolla? El debate no es nuevo. En rigor, Los Nocheros son discutidos desde hace tiempo, al igual que Soledad Pastorutti, y hasta el mismo Abel Pintos. Representaron, más allá de cualquier objeción artística, un fenómeno de mercado, que hizo producir abultadas ganancias a las discográficas, y para muchos, significó un renacer del folclore entre los jóvenes.La mecha encendidaEn la luna coscoína de arranque, el cantautor y bombista Alfredo Abalos tiró la primera piedra. Claro, a la chacarerata santiagueña la agendaron a las 3.30 de la madrugada del domingo, fuera de la cobertura televisiva. Y don Abalos se quejó: “es una falta de respeto que durante una hora y media se canten boleros en el festival”, reclamó, en clara alusión a la presentación de Los Nocheros. “Por unas pocas monedas nosotros traemos todo el misterio de la chacarera santiagueña, lástima que por estar demasiado tiempo arriba del escenario otros que no cantan cosas criollas, la gente del país no pudo ver ese `tradicional" patio santiagueño que preparamos”, sostuvo. Abalos no es un recién llegado a estas lides; sabe perfectamente de lo que habla. Por un lado, defiende el folclore tradicional y ataca su versión más popular (al menos la que se popularizó en estos últimos años), que es, precisamente, el folclore romántico (“los boleros”, que él llama y que otros designan con el nombre de “folclore erótico”), que Los Nocheros transformaron en un fenómeno masivo. Debe recordarse que el año pasado, el grupo fue defenestrado por hacer play back en el mismo escenario de Cosquín. Por el otro, la decisión de la televisión de transmitir sólo algunas presentaciones. Debe recordarse que se trata de Canal 7, emisora del Estado que, según su publicidad, está más allá de los manejos comerciales.De otro paloEntre líneas, puede advertirse otro debate, aunque, en este caso, nadie lo haya explicitado. En el escenario León Gieco, afirmó: “en esta plaza no puedo cantar rock”. Al día siguiente, Divididos pareció responderle directamente: “gracias Cosquín por aceptarnos como somos”, y se despacharon con su conocido estilo, algunos de cuyos temas plantean una fusión de rock y blues con el folclore. ¿Tenía necesidad Ricardo Mollo de explicitar que “la música es una sola y no debe haber fronteras que la separen, y que las versiones de la banda “no son muy folclóricas”?

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